martes, 8 de septiembre de 2015

UN, DOS, TRES, VIVA OTRA VEZ


-Buenos días, Pascual. ¿Cómo estamos hoy?
La persiana se sube de golpe y el sol me deslumbra.
-Buenos días, doctor. -Suspiro cansino.
El doctor me mira risueño y se pone al lado de mi camilla.
-Vamos, Pascual, no será para tanto.
-Soy un pobre viejo al que le acecha la muerte.-Contesto triste.-No esperará usted ahora que me vaya de fiesta con mis nietos.
El doctor se aleja de mi camilla y va hacia la puerta en silencio.
-¿Qué pensaría si le dijese que hay una forma de vivir un poco más?
-Que ha perdido usted todo el juicio que tenía.
De repente, el doctor se da la vuelta quitándose la bata y tirando todos sus utensilios de médico al suelo, saca un micrófono y se arranca su camisa azul cielo, sustituyéndola por una alegre camisa morada y dorada con flecos y brillantina.
-¡Pues bienvenido a nuestro concurso! ¡Donde la muerte se convierte en un juego de azar!
Estoy seguro de que esta es la locura que precede a la muerte. Cerrare los ojos mientras espero mi final.
-No se nos vaya aún, Pascual.-Grita de pronto el doctor sobresaltándome.- Tenemos que... ¡Jugar! Pero antes, demos paso a nuestro segundo de abordo, ¡Jasón!
La puerta se abre y entra un chico joven, vestido con una túnica raída y con lo que parece una alfombra bajo el brazo. Se sitúa al lado del doctor y me mira.
-Y ahora que estamos todos, comencemos con... ¡UN, DOS, TRES, VIVA OTRA VEZ! Le explicaré en qué consiste el juego.
Saca unas tarjetas del bolsillo y comienza a leer.
-Jasón, en una de sus aventuras, rescató el vellocino de oro.
El chico lo levanta, mostrándomelo.
-Este objeto, bendecido por los dioses, puede resucitar a aquel que se cubra con él.-Explica.
-Por favor, doctor, pare.-pido exahusto.-Déjeme morir tranquilo.
El doctor se acerca a mí y me toca el hombro.
-Piense, Pascual, que si gana el concurso, ¡No morirá!-Me guiña el ojo.
-Pero...
-Sin más preámbulos,-continua omitiéndome.-Comencemos.-Se pone al lado de Jasón.- Le haremos seis preguntas, relacionadas con Jasón.-le señala.- y su viaje en busca del vellocino. Si adivina un mínimo de cuatro preguntas, ¡usted será salvado de la muerte! -Hace una pausa.- Si por el contrario falla más de tres preguntas...-Se queda en silencio.- ¡Esperemos que eso no pase! ¿Lo ha entendido, Pascual?
-Yo...-titubeo.-Estoy...algo confundido por esta...escena.
- ¡Ah!¡No se preocupe por ello!¡Es normal en los primerizos¡
-¿Primerizos?-Pregunto alarmado.-¿Han resucitado a alguien varias veces?
-Por supuesto, Pascual, Jordi Hurtado tiene el record.-Me sonríe.-Bien, comencemos. Primera pregunta.-mira las cuartillas.- ¿Por qué Jasón fue en busca del vellocino de oro?
-Em...-Pienso.- ¿Para recuperar el trono?-Respondo inseguro.
-Correcto.-Responde Jasón monótono.-Trono que ocupaba mi tío. Me pidió el vellocino a cambio del trono.
-¡Excelente, Pascual!- Me felicita el doctor.- Sigamos con el juego. Y aquí va la segunda pregunta. ¿Cómo se llamaba la nave en la que Jasón y los argonautas viajaron?
-Creo que...Calypso-Respondo
-Incorrecto.-Response Jasón.-La nave en la que viajamos se llamaba Argos en honor a su constructor.
-¡Ohh! ¡Lástima!-Continua el doctor.-Peso no pasa nada, continuemos.-Hace una pausa para leer.- ¿Qué animal protegía el vellocino de oro?
-Diría que...Puede que sea...-Reflexiono.- ¿Un dragón?
-Correcto.-Response Jasón asombrado.
-Ya casi lo tiene, Pascual. Sólo quedan tres preguntas y aquí va la cuarta. Entre las tripulación viajaban varios héroes ¿Podrías nombrar a uno?-Me guiña el ojo.
-Uf...Me suena Orfeo.-Contesto poco cencido.
-Correcto. En la nave viajábamos héroes y príncipes entre los que destacan algunos como Heracles, Teseo, Pólux, Tifis...-Relata.- Aunque muchos murieron en el viaje.
-¡Fenomenal! ¡Fenomenal!-Aplaude el doctor.- ¡Esto va viento en popa!-Le da un codazo a Jasón. Si acierta una más habrá ganado. No perdamos más tiempo; una mujer viajaba a bordo del Argos, la cual se enamoró perdidamente de Jasón  –Le coge el hombro.- y gracias a ella pudieron derrotar al dragón. ¿Quién era esta joven?-Le guiña el ojo a Jasón.
Jasón hace una mueca despectiva y suspira pesaroso.
-Eso...No sé. -Respondo pensando.-No tengo ni idea.
-¿Es su última respuesta?-Me pregunta el médico.
-Sí, no me la sé.
-¿Está seguro, Pascual?
-Doctor, termine con esta locura pronto, por favor se lo pido.-Suplico aturdido.
-La respuesta es incorrecta. La muchacha que me ayudo a matar al dragón se llamaba Medea, una sacerdotisa, hija de Eetes y la ninfa Hécate.
-¡Oh! ¡Podría haberla acertado!-Hace una pausa.- Veamos, Pascual. Su situación es la siguiente: Lleva tres aciertos y dos errores. No quiero presionarle pero se juega todo a una.
-¡Esto es una complete majadería! -Refunfuño
-Aguante, Pascual. Solo una más.-Me insiste el doctor.- ¿Dónde se encontraba  el vellocino de oro?
-En... ¡Maldiciones! ¡Maldiciones! ¡Y más maldiciones!-Grito colérico.- ¡Lo tengo en la punta de la lengua!
-Dígalo rápido que no hay mucho tiempo.-Me apremia el doctor ansioso.
-La...coloquial... ¡No¡-Pienso.-La col...col...Cólquida...¡Cólquida! Eso es ¡La cólquida!
-¡Correcto!-Grita el doctor alborozado.
Un montón de confeti y globos comienza a desprenderse del techo cubriendo el suelo como Sí fuese una alfombra multicolor. Doy botes de alegría en mi camilla y el doctor me abraza con fuerza.
-Enhorabuena, Pascual.-Me felicita Jasón con un apretón de manos.
-¡Magnífico! -Grita el doctor jubiloso.- Está bien, Pascual, el día en que su corazón deje de latir, se te cubrirá con el vellocino y volverás a la vida.
-¡Bien!-Grito eufórico.- ¡Debo contárselo a mis hijos y a mis nietos!
El doctor y Jasón se despiden de mí y salen de la sala mientras llamo a mi hijo.
JASÓN
-No soporto esto, -Me sincero.- debería haberme dedicado a la pesca.
El doctor me agarra por los hombros con una sonrisa.
-Vamos, Jasón,  ¡vive la vida moderna! Sin islas repletas de mujeres sedientas de sangre, piratas y monstruos.
-¿Quién me mandaría a mí hacerme el héroe?

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